Yo tengo muchos abecedarios por contar ante pocos pares de orejas dispuestos a escuchar. De hecho en mí mismo soy un sistema orgánico de percepción y creación, como cualquier otro. Pero no puro, ni tampoco definido por motivos propios innatos. Tal vez el hombre de las cavernas, cuando no sufría los tormentos de la naturaleza o los de su propia especie, no necesitaba de lenguaje tal para comunicar la belleza que habitaba en él y su entorno. Tal vez por eso quiso hablar, porque estaba muy solo aun con toda su belleza, en los buenos días, quiero decir. Tal vez cuando no teníamos lenguaje eramos seres continuos, porque no había necesidad de no serlo. ¿Pero fue accidente o clara intención humana ingresar al mundo de la discontinuidad, al del lenguaje?
Bosquejos, sólo bosquejos
Yo tengo muchos abecedarios por contar ante pocos pares de orejas dispuestos a escuchar. De hecho en mí mismo soy un sistema orgánico de percepción y creación, como cualquier otro. Pero no puro, ni tampoco definido por motivos propios innatos. Tal vez el hombre de las cavernas, cuando no sufría los tormentos de la naturaleza o los de su propia especie, no necesitaba de lenguaje tal para comunicar la belleza que habitaba en él y su entorno. Tal vez por eso quiso hablar, porque estaba muy solo aun con toda su belleza, en los buenos días, quiero decir. Tal vez cuando no teníamos lenguaje eramos seres continuos, porque no había necesidad de no serlo. ¿Pero fue accidente o clara intención humana ingresar al mundo de la discontinuidad, al del lenguaje?
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