Bienvenido en cada puerta, en cada ventana, en cada canción de autobús. A partir de mis posibilidades soy bienvenido a otras regiones de Guadalajara, a otras barrancas, a otras nubes.
Cada restaurante, cada local público, cada cabina telefónica espera mi presencia de hojalata. Soy actualizado en cada revisión, nuevas versiones emulan y trazan sujetos nuevos en una sola persona. Miradas antiguas recodean y recorren miles de horas en tan pocos minutos, saludos-adiós. Bienvenido seas pues, a este estrado con ascensores.
Dispersas están las anotaciones que emanan luces de horas. Bienvenidas montañas, bienvenidos cactus. La planicie viene bien. Y en el vientre mariposas y en la sien atardeceres. Cada habitación es una bienvenida, cada puerta: una entrada, una salida.
Seguí todos los caminos. Bienvenido a Roma. Seguí solo las laderas. No hay lugar donde no encuentre un artefacto que de viejo me regrese. Toda y cada cosa nombrada reside en su bienvenida. Viena influye en la ida, en los sueños-anagrama. Recintos que madrugan auxiliados por Dios.
Bienvenido, entre queridas penas ya aguardan la ocasión. Los pronósticos indican: no hay lugar en tal brecha, no hay zona más estrecha, esperad que abra el telón.
Hosco, el telón abre:
así comienza la función...
Cada restaurante, cada local público, cada cabina telefónica espera mi presencia de hojalata. Soy actualizado en cada revisión, nuevas versiones emulan y trazan sujetos nuevos en una sola persona. Miradas antiguas recodean y recorren miles de horas en tan pocos minutos, saludos-adiós. Bienvenido seas pues, a este estrado con ascensores.
Dispersas están las anotaciones que emanan luces de horas. Bienvenidas montañas, bienvenidos cactus. La planicie viene bien. Y en el vientre mariposas y en la sien atardeceres. Cada habitación es una bienvenida, cada puerta: una entrada, una salida.
Seguí todos los caminos. Bienvenido a Roma. Seguí solo las laderas. No hay lugar donde no encuentre un artefacto que de viejo me regrese. Toda y cada cosa nombrada reside en su bienvenida. Viena influye en la ida, en los sueños-anagrama. Recintos que madrugan auxiliados por Dios.
Bienvenido, entre queridas penas ya aguardan la ocasión. Los pronósticos indican: no hay lugar en tal brecha, no hay zona más estrecha, esperad que abra el telón.
Hosco, el telón abre:
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