Estar ahí, a unos pasos. De encontrar el aforismo apropiado. Atrás están las huellas de ejercicios e intenciones de hacer algo. Practicar las matemáticas, entrenar la cuchara o un libro de Historia Universal. Acercarse a no sé qué bien sabida motivación real. Por el contrario, no estar ahí. No ser la meta fin. Ser intento de nada. Pero ese intento es algo: término medio, aplausos para el perdedor, confiscación súbita y tremenda de toda la piratería espiritual. No llegar a ser. Inventar lo que uno quería ser con aparatos obstruidos.
-¿Estás haciendo todo lo posible? -pregunta el recién mensajero. Como diálogo inserto en el sobre de una carta, los zumbidos plegan su desliz en las almohadas. Estar ahí, a unos pasos.
Ya casi: larga-angustia-palabra-mordaz-que-no-sabe-colarse, es el estanque más grande en el que cualquier anfibio se haya sumergido. Están ya ahí.
Estar casi ahí es el halo microscópico que dejan los seres al irse. Cada práctica anhela sacrificarse para llegar a ser. El cangrejo ha camino hacia atrás con los ojos fijos adelante. Estar ahí.
-¿Estás haciendo todo lo posible? -pregunta el recién mensajero. Como diálogo inserto en el sobre de una carta, los zumbidos plegan su desliz en las almohadas. Estar ahí, a unos pasos.
Ya casi: larga-angustia-palabra-mordaz-que-no-sabe-colarse, es el estanque más grande en el que cualquier anfibio se haya sumergido. Están ya ahí.
Estar casi ahí es el halo microscópico que dejan los seres al irse. Cada práctica anhela sacrificarse para llegar a ser. El cangrejo ha camino hacia atrás con los ojos fijos adelante. Estar ahí.
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