Si quieres ciencia perfecto, pero lamentablemente el 90% de nuestra vida, más o menos, se rige a través de la inconsciencia. Más de la mitad de nuestra vida estamos dormidos y los escritores conocen un poco más ese mundo, duermen mucho.
Cada cuento es un hubiera. Cada poema es un hubiera realizado. Cada canción es la reacción de nuestros subjuntivos. Por eso sonreímos cuando escuchamos la estrofa tal o el párrafo aquél.
No has jugado conmigo todavía, ni me has visto llorar mientras veo una película o estoy en el teatro, ni me has escuchado cantar desatinadamente con mi guitarra enferma, y no sabes como disfruto los atardeceres, como a veces me quedo en silencio porque no me queda más que decir, tan sólo observar y me siento vacío, pero después sonrío y sigo platicando sobre el clima o el tráfico de la ciudad....
No has descubierto todavía que siempre pediré helados de limón o pasteles, pays, paletas, dulces, mentas, todo lo que sea de limón o verde que se atreve. No sabes que cuando me siento inspirado me suelto y mi cara muestra muchos gestos como si viera por primera vez muchas verdaders todas juntas, reunidas para que yo te las explique, aunque otras veces sólo querré escucharte y decirme a mí mismo, que mujer tan lista, es un don conocerla, y tan sólo agregue un coma o un punto.
Tengo tanto amor para dar, que me pasa por departamento este cuerpo que uso por corbata... Y mi amor se traduce en cucharas, propinas, abrazos y sonrisas cómplices, en buenos días o en lamentaciones por tapar el sol, no tantos besos.
Yo sé traducir mi amor a todos los idiomas, al del cartero, al del hermano, al del cielo que relampaguea o al del abrigo tímido. Te traduzco lo que dejé de entender por entenderte.
Cada cuento es un hubiera. Cada poema es un hubiera realizado. Cada canción es la reacción de nuestros subjuntivos. Por eso sonreímos cuando escuchamos la estrofa tal o el párrafo aquél.
No has jugado conmigo todavía, ni me has visto llorar mientras veo una película o estoy en el teatro, ni me has escuchado cantar desatinadamente con mi guitarra enferma, y no sabes como disfruto los atardeceres, como a veces me quedo en silencio porque no me queda más que decir, tan sólo observar y me siento vacío, pero después sonrío y sigo platicando sobre el clima o el tráfico de la ciudad....
No has descubierto todavía que siempre pediré helados de limón o pasteles, pays, paletas, dulces, mentas, todo lo que sea de limón o verde que se atreve. No sabes que cuando me siento inspirado me suelto y mi cara muestra muchos gestos como si viera por primera vez muchas verdaders todas juntas, reunidas para que yo te las explique, aunque otras veces sólo querré escucharte y decirme a mí mismo, que mujer tan lista, es un don conocerla, y tan sólo agregue un coma o un punto.
Tengo tanto amor para dar, que me pasa por departamento este cuerpo que uso por corbata... Y mi amor se traduce en cucharas, propinas, abrazos y sonrisas cómplices, en buenos días o en lamentaciones por tapar el sol, no tantos besos.
Yo sé traducir mi amor a todos los idiomas, al del cartero, al del hermano, al del cielo que relampaguea o al del abrigo tímido. Te traduzco lo que dejé de entender por entenderte.