Hazles comprender que no tienen en el mundo otro deber que la alegría.
Paul Claudel
Tengo tiempo y ánimos de continuar escribiendo sobre el mismo acontecer de ayer. Esclarecer ciertos puntos, profundizar en otros, permitir que fluya la consciencia.
Quería llevar a la práctica todo lo que dije antes, quizá comparando con ejemplos que me han pasado o que escucho. Por ejemplo, una película que me gusta un buen es Eternal sunshine for a spotless mind, por un lado es la clásica historia del tipo tímido y la mujer extrovertida que se enamoran (otros ejemplos: La ciencia del sueño, Punch-drunk love, Brazil, Amèlie, Grandes esperanzas, Notting Hill...); por otro lado, quiero citar lo que escribí sobre esta película en una de mis entradas anteriores:
De alguna manera la película quiere hacer una conciliación entre esos recuerdos especiales, los "malos", los inconclusos y el presente. Somos nuestros recuerdos y debemos estar mediados con nuestro pasado. Alguno de los clásico griegos dijo que la única vida que merece ser vivida es la que se reflexiona. Y estoy de acuerdo. Porque actuar de acuerdo a impulsos nos puede complicar las cosas y hacernos más difícil la conciliación propia.
Y no solo propia, también con el otro. Al final de la película aparece cíclico, repetitivo, como un síntoma patológico sin curación. Sin embargo el personaje de Kirsten Dunst es quien rompe con ese círculo, al enviar a todos los pacientes las notas de que han sido engañados, ella misma alejándose del doctor. Es un sabotaje a la enfermedad. Decidir y terminar.
Aunque es importante hacer caso a algo particularmente importante en este ámbito. No cabe duda que muchas personas sufren o viven relaciones tempestuosas. Podría decirse que se abren ante otra persona genuinamente, con la intención de querer y ser queridas. Pero, ¿es posible que se encuentren enfrente de otra persona que no quiera nada serio, incluso que solo quiera jugar con premeditación y alevosía con sus sentimientos? ¿Puede suceder eso en este mundo? La respuesta es variable, sí y no.
Por un lado hay hombres y mujeres que perjuran haber sido engañados ya tantas veces, que no vale la pena más buscar algo que no existe. Si una persona cae una y otra vez en el mismo error, ¿no es acaso porque no ha aprendido a llevar otra perspectiva sobre cómo relacionarse con las personas antes de dar el salto a una relación de pareja? Por otro lado hay gente que se arriesga a iniciar una relación de manera inexperta, digamos el caso de Joel y Clementine, que son dos personas con distintas personalidades, que aún así lo intentan pero terminan haciéndose daño. Y en este punto tengo que citar algo que ya había dicho Charlie Kauffman en otra película, Adaptation:
Donald Kaufman: You are what you love, not what loves you.
Quizá para algunos es muy sencillo ser feliz si no tienen que arriesgar ciertos aspectos de su vida, si resguardan y creen coleccionar como si fuesen dulces en un frasco, las alegrías en esta vida. O como si eludir las penas fuera tan sencillo como ir a un consultorio y borrar a una persona. Aunque la amnesia existe, es verdad, se nutre de un montón de distractores artificiales que nos desvían del camino que nos propusimos recorrer en un principio. Un camino que no es lineal, sino infinito pero que inexorablemente debemos sintetizar para comprenderlo. Sólo por medio de la poesía, la música, la belleza podemos sentir el infinito. Entonces, ¿cómo evocar la belleza si decidimos olvidarla?
Seguiré escribiendo sobre todo esto en los próximos días. Hay tanto de qué hablar y tan pocos caminos para poder llegar a la verdadera meta.
Desde los afectos
por Mario Benedetti
¿ Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo ?
Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo,
Que nadie establece normas salvo la vida,
Que la vida sin ciertas normas pierde forma,
Que la forma no se pierde con abrirnos,
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente,
Que no está prohibido amar,
Que también se puede odiar,
Que el odio y el amor son afectos
Que la agresión porque sí hiere mucho,
Que las heridas se cierran,
Que las puertas no deben cerrarse,
Que la mayor puerta es el afecto,
Que los afectos nos definen,
Que definirse no es remar contra la corriente,
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja,
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio,
Que negar palabras implica abrir distancias,
Que encontrarse es muy hermoso,
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,
Que la vida parte del sexo,
Que el "por qué" de los niños tiene un porque,
Que querer saber de alguien no es sólo curiosidad,
Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana,
Que nunca está de más agradecer,
Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo,
Que nadie quiere estar solo,
Que para no estar solo hay que dar,
Que para dar debimos recibir antes,
Que para que nos den hay que saber también cómo pedir,
Que saber pedir no es regalarse,
Que regalarse es, en definitiva, no quererse,
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos,
Que para que alguien "sea" hay que ayudarlo,
Que ayudar es poder alentar y apoyar,
Que adular no es ayudar,
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara,
Que las cosas cara a cara son honestas,
Que nadie es honesto porque no roba,
Que el que roba no es ladrón por placer,
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo,
Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte,
Que se puede estar muerto en vida,
Que se siente con el cuerpo y la mente,
Que con los oídos se escucha,
Que cuesta ser sensible y no herirse,
Que herirse no es desangrarse,
Que para no ser heridos levantamos muros,
Que quien siembra muros no recoge nada,
Que casi todos somos albañiles de muros,
Que sería mejor construir puentes,
Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve,
Que volver no implica retroceder,
Que retroceder también puede ser avanzar,
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol,
¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida?
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