Te recomiendo mi sonrisa por las mañanas,
después de morder el café de la manzana
te sugiero una taza fuerte de papeles sin
gramos de azúcar, la memoria la endulzas tú
Por favor no me confundas con el hombre
que anota estos versos, aunque yo sí soy él,
él no es yo. Él es sencillo pero no sabe
esconder todavía su alegría afuera del poema
Le encantas, y te quiere como quien oye una
historia bien contada, repleta de argumentos
verosímiles, de actuaciones logradas y a veces
de suspiros o carcajadas de ángeles desnudos
Así es, este hombre se entrega a su sonrisa
como la fruta que cae del árbol inspirada por
el viento, no importa, ya no hay tiempo para
detener el lento vendaval que sopla del sur
hacia ti.
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21 de enero de 2008
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