No quiero ser museo
donde convergen la vida
sin obra ni sangre
no quiero ser cuadro
Quiero ser exposición
ambulante, río desbordado
incitación y ejemplo
de todo lo (poco o gran) humano
He visto antes artistas
por calles vendiendo días
pidiendo tardes o cantando
amores de plaza pública
He visto antes conciertos
de belleza sin pretenciones
ni arbitrio definido por la
Embajada del Arte Électrico
No hay poesía afuera de la
dignidad del azul, del rojo
y del amarillo, de la sensibilidad
del barro, de la rima de la fruta
Quiero ser museo de los
caminos, galería principiante,
recorrido agrio de una pequeña
iglesia, abierta, siempre abierta
Como buena botella de vino tinto
secarme, embriagar a los cautivos
exprimir hasta el dolor o la noche
¡ay cuantos caen en la noche, cuántos!
Ya lo dijo un poeta "Morir de vida
y no de tiempo", ésta es la boca
por la cual he de morir cada día,
pulsando los dígitos de mi memoria
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5 de febrero de 2008
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