Tú que vienes -carambola de cruces-
rodando abajo por la cuesta de la vida
como manifiesto zapatista lleno de tierra de colores, de impresión, de vuelo de...
Tú, con tu tacita de té desgastada
hinchada de tan sólo respirar,
con tu corazón negado de costales
que no conoces
que nunca supiste
la burla de ti,
la pena, la tortura,
la inquietud de levantar la mano para decir presente,
no te espantes, tú
no,
no renuncies por una hogaza de pan
a la lucha de tu hambre
al tesoro que esconde tu silencio,
tu media sonrisa
tu sombra en el medio de la puerta,
recargada, flaca, vacía
Tú, valiente pedernal que atraviesas
tradiciones como quien se marcha
para nunca más volver,
como la última chispa del incendio
que inundó todos los bosques,
escucha con atención:
sé medir tu tristeza en olas,
y diluir su maleza en sales,
tú que vienes carambola de cruces,
prueba el hambre de mis costillas.
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18 de diciembre de 2011
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