Primero fue uno. No volvió. Luego... otra; en el norte. Tampoco volvió. Se fueron "yendo". Unos por tener el color de la tierra, otros por la desgracia de haber nacido, nomás por eso. Luego fueron siendo decenas, centenas, millares de desaparecidos... hasta que un día, se llevaron a 43 y la indiferencia, el miedo y la vergüenza mostrados hasta entonces, se convirtieron en rabia, en indignación, en protesta. Por primera vez, millones salieron a buscarlos juntos, unidos como nunca habían estado... y así, buscando la justicia como ardiente flama: los encontraron. La semilla.
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21 de noviembre de 2014
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